La doctrina PAROT sigue haciendo mella en nuestro país de una forma ridículamente incontrolable. España presume de ser un país limpio y responsable y asume obedientemente la orden de aplicar la doctrina que liberará a asesinos y violadores de nuevo para dejarles andar por las calles a nuestro lado. Dicha doctrina no solo se debía aplicar en nuestro país sino que otros vecinos también estaban involucrados, pero mientras que ellos se negaron a aceptar que fueran liberadas personas que no habían cumplido aún su pena, España se pone en cabeza esta vez con el país más responsable y obediente de todos aceptándola sin rechistar.
Debemos aceptar, pues, que el hombre condenado a 96 años por la violación y asesinato de sus hijas de una edad de 9 y 12 pasee junto a nuestros hijos cuando estos vayan a la escuela. También saber que otros como el “violador del ascensor”, quien debía cumplir hasta 273 años de cárcel por la violación y asesinato de dos jóvenes, o “el violador del portal” condenado a 1.721 años por 74 violaciones, estén ahora libres.
Estudios y análisis psicológicos han demostrado a lo largo de los años que es prácticamente imposible la re-inserción de un violador en la sociedad, pues éste nunca dejará de estar tentado a cometer crímenes. Tampoco un asesino puede salir de la cárcel de la noche a la mañana e ir a comprar el pan como un ciudadano normal cuando hace menos de dos meses estaba encerrado por haber matado a sangre fría a dos niños.
Así, nuestros políticos aseguran que el país avanza y nos encaminan hacia una evolución. De este modo el crimen no se paga y la justicia se impone de maneras inquietantemente injustas.
Nuria Vicente Fdz 2º-BHB.
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