Transcribimos a continuación el espléndido artículo que nuestro compañero Enrique González Lorca ha publicado en su página de Facebook (https://www.facebook.com/enrique.g.lorca) a propósito del despropósito de la nueva Ley Educativa (LOMCE) sobre la enseñanza de la Música y las Artes, que quedan relegadas prácticamente al ominoso papel de la basura, como tan gráficamente lo ha representado el Departamento de Música en el hall de entrada a nuestro centro.
ADALIDES DE LA IGNORANCIA.
Los que nos gobiernan se han empeñado en hacer el ridículo negando el imparable avance de la neurociencia, la psicología y la pedagogía en sus aportaciones a la educación desde el último tercio del siglo XX
A golpe de decretazo se autoafirman en negar que la educación tiene como finalidad el desarrollo holistico de todas las dimensiones de nuestros niños y jóvenes. Como si Richard Gardner con sus avances en la aplicación de las inteligencias múltiples no hubiese existido. Es como si empeñados en nuestra ciega obstinación se nos ocurriera legislar que la tierra no es redonda y que ignoraramos la existencia de Copernico. No sé de dónde sacan los sesudos asesores que pagamos todos, pero del siglo XXI seguro que no son.
Esto es lo que muestran cuando relegan a materias de segunda división la música, las artes plásticas, la tecnología o el pensamiento filosófico en pro de los objetivos PISA.
Lo siento por la generación presente de nuestros alumnos porque va a resentirse en su desarrollo integral y en la adquisición del enorme y riquísimo depósito cultural de muchos siglos que va adelgazando en los currículos con cada reforma educativa.
Los autores y cómplices de esta negligente posición deberían estar aun más preocupados no sólo por el daño que hacen a la sociedad y sus repercusiones, sino porque quizás pasarán a la historia como adalides de una ignorancia, injusta, arrogante y arbitraria.
Para botón de muestra de que vale una imagen más que las palabras chapó por la protesta de los profesores del IES Villa de Alguazas en el día de Santo Tomás mostrando dónde ha colocado la LOMCE las disciplinas que desarrollan la creatividad y el pensamiento y que junto con la lengua, las matemáticas o los idiomas han llevado a la persona a lo más sublime de su inteligencia: en el cubo de la basura.
