Los
que nos gobiernan se han empeñado en hacer el ridículo negando el
imparable avance de la neurociencia, la psicología y la pedagogía
en sus aportaciones a la educación desde el último tercio del siglo
XX.
A golpe de decretazo se
autoafirman en negar que la educación tiene como finalidad el
desarrollo holístico de todas las dimensiones de nuestros niños y
jóvenes. Como si Richard Gardner con sus avances en la aplicación
de las inteligencias múltiples no hubiese existido. Es como si
empeñados en nuestra ciega obstinación se nos ocurriera legislar
que la tierra no es redonda y que ignoráramos la existencia de
Copérnico. No sé de dónde sacan los sesudos asesores que pagamos
todos, pero del siglo XXI seguro que no son.
Esto es lo que muestran
cuando relegan a materias de segunda división la música, las artes
plásticas, la tecnología, el idioma francés o el pensamiento
filosófico en pro de los objetivos PISA.
Lo siento por la
generación presente de nuestros alumnos porque va a resentirse en su
desarrollo integral y en la adquisición del enorme y riquísimo
depósito cultural de muchos siglos que va adelgazando en los
currículos con cada reforma educativa.
Los autores y cómplices
de esta negligente posición deberían estar aún más preocupados no
sólo por el daño que hacen a la sociedad y sus repercusiones, sino
porque quizás pasarán a la historia como adalides de una
ignorancia, injusta, arrogante y arbitraria.
Para botón de muestra de
que vale una imagen más que las palabras chapó por la protesta de
los profesores del IES Villa de Alguazas en el día de Santo Tomás
mostrando dónde ha colocado la LOMCE las disciplinas que desarrollan
la creatividad y el pensamiento y que junto con la lengua, las
matemáticas o los idiomas han llevado a la persona a lo más sublime
de su inteligencia: en el cubo de la basura.
Enrique González Lorca.
Profesor Técnico de Servicios a la Comunidad
del I.E.S. "Villa de Alguazas"
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