Hay gestos sencillos, simples, elementales, espontáneos, como éste organizado por la Asociación de Alumnos ADEVA de nuestro Instituto, que valen más que un discurso. O que, al menos, llegan más directamente al corazón y al espíritu. Ojalá que la Paz -externa e interna, física y mental- se haga para siempre en este atribulado mundo que vivimos. Ojalá. Trabajar por la Utopía es la única forma de convertirla en Realidad. Gracias, ADEVA, por vuestro ejemplo, entusiasmo y estímulo.
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